Parece que cuando llega el calor sentimos una necesidad irrefrenable de destapar nuestros pies y de optar por el calzado tipo chancleta. Parece lógico pensar que es el más adecuado, pues resulta cómodo y los pies transpiran al 100%, pero nada más alejado de la realidad y es que el uso continuado de este tipo de calzado puede acabar por fastidiar nuestros pies.
Un sistema de protección
El objetivo primordial de un buen calzado debe ser siempre el de proteger nuestros pies y aportar estabilidad y precisión a nuestros pasos, cosa que no tiene por qué ocurrir con las chanclas. De hecho, ¿quién no ha sufrido algún percance en sus pies llevando chanclas?
Inconvenientes de llevar chanclas
- Nuestra forma de caminar puede verse alterada. Si eres un habitual de este calzado veraniego, es probable que inconscientemente tiendas a tensar los dedos y a arrugarlos para sentirte más sujeto a la sandalia. De esta forma, el talón queda totalmente levantado y los dedos al presionar acaban añadiendo estrés al pie en general y a la zona del tobillo en particular.
- Algunas lesiones. La escasa goma de la que está compuesta la sandalia no nos permite amortiguar el impacto contra las superficies más duras. Además, al ser completamente planas, es fácil que acaben produciéndose dolores en la cadera, las rodillas y la espalda.
- Posible aparición de una fascitis plantar. El uso frecuente de chanclas está ligado, en muchas ocasiones, a la aparición de este trastorno. La fascitis plantar es una inflamación del tejido conectivo del pie y que puede llegar a causar muchísimas molestias: protuberancias, inflamación, dolor y cansancio.
También tenemos que saber que si usamos sandalias siempre estaremos más expuestos a rompernos un dedo, hacernos un corte o contaminarnos con gérmenes y bacterias, pues nuestros pies se hallan prácticamente a ras de suelo.
¿Eliminamos las sandalias?
Lo mejor que podemos hacer es dejar este calzado para un uso puntual, es decir, para los días que vayamos a la piscina o la playa y el resto de días optar por otro calzado como el de esparto, igualmente transpirable y con una suela más consistente.
Además, si quieres tener tus piernas fuertes este verano, echa un vistazo a este post de ejercicios. Unos pies sanos y unas piernas fuertes son una apuesta segura para nuestro bienestar.