Una preocupación mítica y muy extendida entre los hombres de cualquier edad es el tamaño de su pene. Muchas veces el tamaño considerado pequeño puede ser motivo de problemas como ansiedad sexual, la cual puede interferir en las relaciones afectivas y sexuales (evitar compañeras/os sentimentales, evitar desnudarse en vestuarios, etc.).
Esta preocupación no sólo es exclusiva de nuestra cultura y época, ya que los antiguos griegos y egipcios han dejado muestras que revelan esta inquietud en los hombres. Por otra parte, hay que decir que el arte, el cine y la literatura actual apuestan por describir imágenes eróticas o sexuales promoviendo una imagen del pene desmesurada, ya que la mayoría de veces esas imágenes no corresponde con la realidad. Esto ha llevado a muchos hombres a asociar el tamaño del pene con la virilidad o incluso como un tributo a la masculinidad (cuando mayor es el tamaño más hombre se es o mayor placer consigue la pareja).
Sin embargo, hay que tener claro que no existe ningún tipo de relación entre el tamaño y el rendimiento. Por ejemplo, las zonas más sensibles de la vagina se encuentran en la parte más exterior, con lo cual, la longitud del pene en este caso no influye para conseguir placer. Cabe decir, también, que la vagina es una estructura formada por tejido elástico que se adapta a la perfección a cualquier grosor (desde un dedo hasta la cabeza de un bebé).
Tampoco existe un tamaño estándar, y sólo se considera anormal un tamaño de pene inferior a 2cm (micropene). Los hombres no se deben dejar llevar por las míticas cremas, aparatos o drogas que anuncian y aseguran un incremento de pene, ya que esto puede conllevar serios problemas de salud.
En definitiva, el tamaño no está vinculado con el funcionamiento sexual y solamente la preocupación excesiva puede provocar problemas.