El uso de plantas medicinales. Las plantas para usos terapéuticos han estado presente en la vida del hombre desde siempre, y sigue estando con nosotros a pesar del enorme poder que ha obtenido estos últimos cien años la química farmacéutica, basada principalmente en principios activos de síntesis. El enorme desarrollo de la industria farmacéutica, con sus enormes intereses económicos en todo el mundo con la medicina moderna, casi ha borrado del mapa la práctica de la fitoterapia.
Son evidentes las ventajas que ofrece en el mundo moderno de hoy los productos industriales, sin tiempo para pensar en nosotros como algo verdaderamente prioritario, la forma de funcionar hoy en día no esta pensada para que nos acordemos de cuidarnos y prevenir antes que curar (o tapar) una enfermedad, que con un poco de ganas y conocimiento llegaríamos a convertirnos inmunes a resfriados, gripes, dolores de cabeza, mal estar, estrés, insomnios, ansiedades. Si no totalmente inmunes a superar y paliar todas ellas con mayor facilidad, en el caso de enfermar hacerlo con menor agresividad, comprobado.
El valor de la fitoterapia
Tinturas, infusiones, tés, han sido aplastadas por la farmacología química, pero es constante su reconocida validez científica aun que a menudo se niega por el conflicto de intereses siempre presente y las diferentes excusas que pone 
siempre la industria y los amigos que hay detrás en el sector de la medicina. Por no decir la verdad de una vez y aclarar una serie de hábitos y comportamientos que llevan con el paso del tiempo, no muy lejano a enfermar constantemente de cualquier cosa y acarrear largos periodos de tiempo para recuperarse. Sin embargo, la medicina natural podría ser una defensa contra el uso excesivo de medicamentos, detectables especialmente en las sociedades más desarrolladas.
Recolectar, secar y almacenar
Recolectar
- Hojas: recolectar en el momento vegetativo antes de la floración de la planta.
- Flores: en la época de floración. Hay variaciones a considerar para cada una de las especies.
- Frutos:
– Carnosos: momento de madurez o un poco antes en los casos en los que la pulpa se altera con facilidad.
– Secos: cuando inicia el periodo de madurez del mismo.
- Raíces, rizomas, tubérculos y bulbos: en otoño o a principios de invierno.
En las especies bianuales, recolectar el primer año de cultivo. En las perennes, el segundo o tercer año.
El contenido de principios activos varia al largo del día. El momento ideal es por la mañana, procurando que la planta no esté mojada por la lluvia, pues en los momentos de máxima insolación la esencia de la planta sufre una evaporación intensa.
Las plantas recolectadas deben estar limpias de tierra y malas hierbas, para que no disminuya el valor medicinal y librarlas de impurezas. No amontonarlas después de recolectar, se estropean muy rápido debido a la cantidad de agua que contienen.
Secar
En el secado lo importante es extraer el contenido acuoso del material vegetal para poder conservar la planta en estado optimo.
El secado debería ser con la temperatura y humedad adecuada de una sala apropiada, fresca, ventilada y a oscuras.
Almacenaje
El almacenaje se hará en un sitio seco, bien ventilado y sin luz directa. Idealmente conservaremos las plantas un máximo de un año, el tiempo entre una recolección y la siguiente.
Es preferible el uso de botes herméticos.
Método de administrar las hierbas
- Infusión
- Decocción
- Tinturas
- Compresa
- Cremas
- Cataplasma
- Vaporización
Enfermedades que podemos tratar con fitoterapia
- Alergias
- Ansiedad
- Artritis
- Cáncer
- Cefaleas
- Infecciones renales y urinarias
- Insomnio
- Hiper o hipotensión arterial
- Problemas cutáneos
- Problemas digestivos
- Trastornos menstruales
- Tumores
- etc…
Precauciones y contraindicaciones
La medicina herbal tiene un grado de seguridad mucho mayor que los fármacos en la mayoría de las personas, sea cual sea su condición y dolencia; incluyendo niños, embarazadas y personas mayores. Sin embargo, las plantas medicinales son poderosos instrumentos de curación y algunas de ellas son tóxicas si se consumen en altas dosis. Es necesario tener la prescripción médica o de un herborista, especialmente si se deben administrar a personas sensibles.
En caso de seguir un tratamiento convencional y fitoterapéutico a la vez, es necesario consultar con el médico.
