Cuando en una casa llega un bebé es motivo de alegría y celebración, pero para los padres, sobre todo si son primerizos, los primeros inviernos -y más si el bebé es un recién nacido- es uno de los períodos más duros.

Además de tener que acostumbrarse al nuevo ritmo de vida y necesidades de un pequeño ser que es dependiente cien por cien, tendrán que combatir todos los problemas que puedan surgir por culpa del frío. No por estar en el período más frío del año, se deben dejar de lado paseos, y actividades en el exterior con los más pequeños, sino que se tienen que llevar a cabo con mas cuidado , ya que, además de ser beneficiosos para ellos, también ayuda a que los padres liberen parte del estrés de los primeros meses de crianza, además de poder relacionarse con personas cercanas o en la misma situación.

Por ello, hay que tener una serie de cuidados extras a los habituales en invierno, para que los más pequeños de la  casa descubran y disfruten con las posibilidades de las épocas invernales.

Cuidados extras en invierno

Estos cuidados no son simplemente para aplicarlos cuando se salga a la calle con los pequeños, sino que dentro de casa también se deberá de tener una serie de pautas de más, que ayudarán a  los pequeños en la aclimatación de la época más fría del año.

Es muy importante que no se dejen de lado los paseos por el exterior, eso sí, no a cualquier hora ni con cualquier temperatura. Se deben aprovechar las horas centrales del día, en las que las temperaturas son más altas y la acción del sol, además de tener la precaución de intentar que el niño haya comido antes de salir, para no tener que parar en el exterior para alimentarlo y este mas tranquilo. Si por algún momento se debe de salir con el bebé, hay que saber que el frío, mientras vaya bien tapado, lo mismo que con la nieve o la lluvia, pero, si hay mucho viento o hay un temporal, se debe aplazar la salida hasta que haga una climatología más benigna para los pequeños.

Dentro de las casas también se deben de tomar una serie de precauciones para que el día a día sea más cómodo, y se eviten los primeros constipados que, pueden derivar en enfermedades más graves. Hay un falso mito, que muchos padres se acogen, creando espacios demasiado cálidos para los pequeños, pensando que así están más protegidos, cuando en realidad, está demostrado que para los niños es mejor una temperatura controlada de entorno a los 19-21 grados, en los que, no necesitan llevar tanta ropa, y no supone una diferencia de temperatura tan brusca con el exterior.

Si que hay que prestar una atención extra a dos momentos claves, el primero es la hora del baño, si el bebé es un recién nacido no es aconsejable el bañarlo todos los días,  sino que es mejor alternar un día si y otro no, en el que se le puede asear con toallitas. Los días que sí que haya que bañar a los más pequeños, es básico tener una temperatura agradable y calentita en el baño, con el agua caliente, pero no hirviendo, ya que la piel de los pequeños es mucho más sensible que la nuestra. Además, hay que tener la precaución de llevar la ropa y el pijama donde se vaya a realizar las tareas de aseo, para los bebés, ya que se pueden enfriar cambiándolo de habitación.

Otro de los momentos importantes, es la hora de dormir, ya que, la habitación no debe estar demasiado caliente, ni se debe de tener demasiada ropa de cama. Al contrario, un clima controlado en torno a 19 grados, y un pijama que cubra las extremidades, pies y cabeza del bebé, acompañado de una sábana hipoalergénica y una mantita será más que suficiente.

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