Mucha gente asocia la llegada de los meses más fríos y en los que las horas de sol se acortan con las depresiones. Ya que en estos meses parece ser que las apariciones de este trastorno aumenta o tal vez aparecen más síntomas de lo habitual.

Pero lo que de verdad aparece es un trastorno afectivo, conocido como la depresión invernal. Este trastorno afectivo estacional no suele ser una patología grave, ya que se encuentra enclavada dentro de las depresiones leves o medias. Aunque estas depresiones tienen causas muy diversas, las más habituales en este trastorno es la falta de luz, durante el otoño y el invierno. Con los días más cortos, el ritmo corporal se debe acoplar, y por ello hay un cambio con la relación noche y día, se suele ir a la cama cuando ya es de noche, al igual que cuando suena el despertador, todavía no ha salido el sol. Las horas centrales, en las que hay luz son las que se dedican a trabajar o estudiar. Este problema ataca con mucha más frecuencia a las mujeres que a los hombres, cuyas hormonas y neurotransmisores sufren un desequilibrio que por fuertes subidas y bajadas puede desencadenar en lo que se conoce como depresión de invierno.

Algunos de los síntomas más comunes en esta depresión invernal es la sensación de desánimo y abatimiento, la aparición de cansancio sin haber hecho grandes esfuerzos, o tener un ansia desacostumbrada por tomar productos dulces. A pesar de que es un problema pasajero y sus síntomas no presentan una especial problemática, si no se toman cartas en  asunto y se intentan paliar, si pueden desembocar en algo más grave, o una verdadera depresión. Síntomas de alarma se presentan cuando la fase anterior se alarga durante varias semanas, y les empieza a afectar negativamente en el humor, además de empezar a perder contacto con sus amigos, entrando en un círculo altamente vicioso y problemático, en el que cada vez se encierra más, y pierde interés por llevar a cabo actividades que anteriormente encontraba gratificantes, como sus aficiones o practicar sexo.

 

Cómo combatir el trastorno afectivo emocional.

Una de las primeras cosas que hay que tener claro es que no por estar triste se tiene una depresión. Todo el mundo puede tener períodos de mayor tristeza, pero la depresión es algo más grave, es una enfermedad con múltiples síntomas, que además afectan a todo el organismo, y que, afecta a la vida cotidiana.  Por ello, cuando se empiezan a notar los síntomas de la depresión invernal, se debe empezar a luchar contra ella, aunque cueste mucho. Algunas de las cosas que se pueden hacer son:

  • Cuidarse a sí mismos mucho. Tener en cuenta las necesidad de uno mismo, es primordial para no caer en las depresiones. No abusar del alcohol, es una sustancia totalmente negativa, que además no se puede mezclar con la medicación. Si que es bueno cocinar sano, y llevar unas pautas de alimentación y sueño que ayuden, además de tomar infusiones que ayudan a mejorar el estado corporal.
  • El ejercicio físico es una de las pautas más importantes para acabar con los síntomas de la depresión invernal. Cuando se hace ejercicio de forma pautada, se generan hormonas que son las causantes del bienestar corporal (serotonina, dopamina y endorfinas).  Además, si el ejercicio se hace en el exterior, aún tiene más beneficios, ya que, el cuerpo aprovecha la acción del sol.
  • Rodearse de gente positiva. Los amigos son la mejor medicina para casi cualquier enfermedad. Pasar un buen rato, con amigos con los que se comparten cosas en común ayudan a liberar endorfinas, que son las hormonas de la felicidad, y las que luchan contra la depresión.
  • Dedicar un tiempo a las aficiones. Las aficiones hacen que la gente se sienta bien mientras están llevándolas a cabo, pero también cuando recuerdan el buen rato que han pasado, por lo que, es aconsejable el dedicar un tiempo diario a ellas.

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