Cántale al mundo porque cantar es la mayor expresión de la alegría, además te ayuda a respirar mejor, a mantener joven la voz, a descargar tensiones y aumenta las defensas.
A parte de ser un pasatiempo agradable, cantar es la mejor distracción para el cuerpo y la mente. Puede hacer que el dolor tanto físico como emocional desaparezca, ya que cuanto más conscientes somos del sufrimiento, más nos duele.
Cantar mejora la respiración, abre los pulmones, equilibra la presión arterial, regula el ritmo cardíaco y aumenta los impulsos eléctricos del cerebro. También es antioxidante porque aumenta el nivel de endorfínas, adrenalina y DHEA (hormona de la juventud).
Todo el mundo puede aprender a cantar. Entrenar la voz es aprender a equilibrar el cuerpo y a dominar la respiración (igual que en yoga). Expertos en música afirman que desafinar no siempre se debe a la falta de un buen oído, sino que es por la tensión física y una respiración inadecuada.
La voz es una vibración que va a través del cuerpo, por eso es mejor cantar de pie y con los pies bien apoyados, que sentado, para poder entonar sonidos fuertes y claros. La postura es clave, la cabeza tiene que estar alineada con la columna para liberar la voz con intensidad.
Al cantar el cuerpo se convierte en una caja de resonancia que vibra con la voz, y si se canta en dúo, trío, coro…se reciben también las vibraciones de los otros cantantes.
Hay muchos para los que cantar es llegar al éxtasis, por su poder terapéutico, y el canto se convierte en una necesidad física. Si quieres aprender a cantar y mejorar tu salud puedes apuntarte a una coral de tu barrio o ciudad, o inscribirte en una escuela de música donde den clases de canto. También puedes participar en un taller de liberación de la voz, que son habituales en las actividades de los centros de musicoterapia, o, de vez en cuando a cantar a un karaoke.
Anímate y no tengas miedo de sacar tu voz ¡Cántale al mundo!